miércoles, 13 de enero de 2010

Hay que joderse con el Senado!



Estoy realmente indignado con la Cámara alta. Nunca pensé que diría esta frase tan rimbombante, pero es que lo del Senado es de coña. Esta gentuza ahora se dedica a debatir si cada señorito senador puede hablar en la lengua que le plazca. ¡¡Con la que está cayendo!! ¿¿Qué hacen estos señores por nosotros?? ¿Cuál es el fruto de su trabajo? Si los malditos políticos que nos ha tocado sufrir no se entienden hablando la misma lengua, ¿Va a aportarnos algo que cada uno lo haga en la de su tierra? La respuesta es NO. Lo que aporta es tocar los cojones. Lo que aporta es sumar gastos (menores, segun dicen, pero gastos) cuando estamos hasta el cuello.

Pero claro, ellos no están hasta el cuello. Ellos, como el resto de políticos, viven que te cagas. Lo del sueldo de los políticos, y especialmente de los cargos públicos, es otro capítulo, pero no tiene nombre. No me extraña que no dimita ni dios.

Y entiendo que cada uno defienda su lengua y esas cosas...incluso cuando nadie la ataca, pero en fin. Lo que pasa es que me parece de una lógica aplastante que si hay una lengua, casualmente la oficial, que todo el mundo habla perfectamente, se utilice esa. Porque el senador gallego, el vasco, el catalán... la van a entender!!! Que en Europa es distinto señores!!! Que no se enteran!! Que no hay una lengua común a todos!!! Si en la puta política se empezara a utilizar más la lógica, un mínimo al menos, otro gallo cantaría.

El verdadero debate sería si realmente aporta algo el Senado. Porque sinceramente creo que es un jodido adorno, y además de los horteras. A ver si nuestros queridos senadores demuestran que sirven para algo además de hacer tertulias, que para eso ya está Ana Rosa, y se dejan de gilipolleces.

martes, 12 de enero de 2010

Recursos Infra-humanos


Como prometí en una entrada anterior, quería dedicar algo a mis queridos RRHH. Lo siento, porque hay gente para todo, hay gente competente y hay gilipollas. No me gusta generalizar pero, como es mi blog y soy así de capullo, lo voy a hacer y me voy a quedar con los gilipollas. Con los putos Recursos Infra-humanos.

Yo trabajo en el sector del Marketing, pero creo que si trabajara en RRII-HH lo que intentaría tener es un poquito más de educación. Para empezar, si has decidido dedicarte a esto y estudiar (en fin...) para ello y vas a hacerme una entrevista, lo primero que requiero es un poco de amabilidad. Y si no tienes el día, te jodes y haber elegido muerte. No es mi culpa. Yo no voy a rogar un empleo, voy a negociar contigo en el mejor de los casos. Voy a que me conozcas en persona y a contrastar información. Desde luego no voy a que me trates como a un imbécil ni a soportar miradas suspicaces. Si dudas de algo de lo que digo, házmelo saber o disimula, pedazo de alcornoque.

Otra cosa, las preguntas personales. Por favor, que alguien me explique para qué sirve saber si me follo a alguien de manera estable. A parte del puro cotilleo, pero bueno, para eso te compras el Cuore.

Pero lo que realmente me indigna es que me digan que me van a responder para bien o para mal y no lo hagan. Yo a eso le llamo mala educación. Y es algo generalizado y no entiendo por qué lo tenemos que soportar. Me he molestado en ir a verte, lo mínimo que espero es una respuesta. Si no fueran una panda de vagos, por muchos candidatos que hubiera, mandaría un maldito mail: lo siento, has venido para nada. Tardarían 5 jodidos segundos en quedar bien. Pero esta gentuza lo que pasa es que se creen los amos del universo, por encima del bien y el mal, y tu eres la escoria que suplica por un puesto de trabajo.

Pongo ejemplos. Esta mala educación la he sufrido últimamente en Vodafone, en Carat y en Mars. Y publicaré el nombre de cada empresa que lo haga. Porque sencillamente son unos hijos de puta y si no vas a responder a mi demanda, cállate la boca, no digas que lo vas a hacer y no esperaré nada de ti.

sábado, 2 de enero de 2010

Cajerana Obregón


La Sexta nos está obsequiando con una auto-promoción compulsiva de un estúpido programa que va a emitir en breve. Qué más quisiera yo se llama la joya televisiva, y se basa en la más que manida gracia del famosete de turno y la cámara oculta. Vi hace poco a Ana Obregón, una de las grandes artistas, ejem, que participan. Le preguntaban en su segunda casa (el aeropuerto), por la experiencia. Joooo, qué experiencia, se reía la jodida, 8 horas que estuvo allí. Alucinaba de que alguien trabajara de eso. O bueno, alucinaba de que alguien trabajara, en general. Parece que esta pija de libro trabaja más que nadie en este país, hay que joderse con la bióloga de los cojones. Odio cuando estos personajes bajan al nivel de la plebe para catar un pedazo de su jodida vida. Luego les resulta gracioso, divertido, curioso.. ¡Quédate en tu casa de la Moraleja y deja de hacer el imbécil!

Es como cuando oí a la Duquesa de Alba, o lo que queda de ella, decir en una entrevista que le divertía montar en metro. Si lo tuviera que coger todos los días en hora punta seguro que dejaba de parecerle divertido. O como Paris Hilton en Simple Life. Qué gracioso ver a una tía podrida de pasta rebájándose así. Pues no me hace gracia.

Me gusta más el modelo Carmen Lomana, que es rica y no pide perdón a nadie. Lo disfruta y punto. Enhorabuena. Estoy convencido de que no tiene ningún interés en el transporte público ni en despachar en un súper. Yo tampoco lo tendría.

Queridos desahogaos, cada uno en su sitio y sin jugar a ser pobre, que resulta lamentable. Por cierto, feliz año a cualquiera que lea estas líneas. Y a quien no las lea también, pero menos.